26. Matrimonio, amor divino, sacerdocio y celibato.

26.  Matrimonio, amor divino, sacerdocio y celibato.

Este sábado participé a un matrimonio muy particular. ¿Por qué? Porque se trató de dos jóvenes católicos practicantes que prepararon muy bien su boda religiosa. Se preocuparon como todas las parejas de los detalles materiales de la fiesta, pero le dieron más importancia a su preparación espiritual. La celebración fue muy hermosa y emotiva, y creo que todos vivimos con intensidad ese momento de amor humano y divino presente en ese sacramento.

Esto me hizo recordar a mi ahijado (de confirmación) François Khon, que falleció pocas semanas después de haber tomado la decisión de que quería casarse. Conocí a François a fines de los años 80s cuando estudiaba teología en Paris siendo seminarista comboniano. Él tenía unos 12 años y participaba a un grupo de la Iglesia que yo coordinaba (MEJ = Movimiento Eucarístico de Jóvenes). François tenía problemas cardiacos, no podía hacer deporte como los demás niños, y caminaba muy despacio. Sin embargo ya desde entonces mostraba una gran calidad humana. Lo volví a encontrar a fines de los 90s cuando regresé para un segundo periodo de estudios en Francia.

 

En esa segunda ocasión me comentó su deseo de ser sacerdote. Para mí no fue una sorpresa ya que él venía de una familia católica muy practicante e incluso tenia algunos familiares sacerdotes. François me había elegido para ser su padrino de confirmación y nos veíamos con cierta regularidad mientras yo realizaba mis estudios en Francia, tal vez unas 3 o 4 veces al año. Cuando nos veíamos François me hablaba de su búsqueda espiritual para descubrir qué es lo que Dios quería de él. Durante poco más de un año estuvo en contacto con promotores vocaciones de seminarios, y también buscaba en monasterios e institutos de vida religiosa.

 

La última vez que lo vi, unos 15 días antes de su muerte inesperada, me dijo muy contento.

“Francisco ya sé que es lo qué Dios quiere de mí, quiere que me case”.

“Seguramente has de haber encontrado una chica linda”. Le dije bromeando. Pero él me respondió de inmediato:

“No tengo novia y ni siquiera sé con quién será. ¿Pero sabes por qué me quiero casar?”

“No”. Le respondí algo intrigado. Y él sonriendo me dijo:

“Por el buen ejemplo que me han dado mis padres. Pienso que la santidad también se puede encontrar en el matrimonio” .

“Claro que sí”, le respondí.

 

Aproximadamente 15 días después de esa charla y de esa tarde de convivencia, François murió por problemas de corazón mientras dormía. En la misa que celebré por él, recordé públicamente en mi homilía, con su padres presentes, la última charla que tuvimos François y yo sobre el testimonio de amor de sus padres.

 

Ya San Agustín buscando como tratar de entender mejor el dogma de la Trinidad, decía que el amor entre dos esposos y sus hijos es lo que puede reflejar mejor el amor trinitario. Unidos en la diversidad de personalidades. Considero que debe de llegar el momento en que la Iglesia católica latina acepte que los sacerdotes puedan casarse si así lo desean. Como sucede por ejemplo con los sacerdotes católicos de rito maronita, por ejemplo. Con sinceridad no lo digo por mí. Ya después de 50 años mi vida está hecha. Sin embargo considero que hay muchos jóvenes que podrían ser muy buenos sacerdotes y excelentes esposos sin que estas “dos vocaciones” se opongan. Como sucedía en los primeros siglos del cristianismo.

 

Vista Hermosa, Tlalnepantla, Estado de México, 28 de Julio de 2014

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6 comentarios en “26. Matrimonio, amor divino, sacerdocio y celibato.

  1. dolores

    Me gusta la idea, pero y los que se divorcien? luego pediran tambien anulacion eclesiastica? Y a los que no se las concedan? y los que vuelvan a casarse sin anulacion previa? les van a aplicar la excomunion como a nosotros los laicos? Por que pensar que ellos si sabran escoger bien desde el principio y no se divorciaran’. Ahi es donde vendra el problema, pienso….

    1. Los sacerdotes somos seres humanos y lo siguen siendo los sacerdotes casados como los célibes. Pienso que el hecho de que el celibato sacerdotal sea más bien una «opción» que una «imposición» tiene más ventajas que inconvenientes. Saludos

Replica a Indy Cancelar la respuesta