14. Cuidar de los padres ancianos

14. Cuidar de los padres ancianos

Exactamente el día del padre se cayó mi mamá al ir a misa, se lastimó la clavícula del brazo izquierdo, y la tuvieron que operar de emergencia, prácticamente a media noche (de las 23:00 a la 1:00 hrs).

Ya tiene de esto poco más de una semana y gracias a Dios se está recuperando. Mi papá tiene 92 años y mi mamá 87. Los dos son ancianitos, pero gracias a Dios para su edad se conservan bastante “bien”. Al convivir con ellos prácticamente día a día, no me doy cuenta tan rápido de los cambios que van sufriendo, sin embargo el desgaste de los años se manifiesta en ocasiones “de pronto”, como su caída hace algunos días.

Recuerdo el día en que a mi mamá le dijo el Doctor que tenía que usar bastón, de esto hace ya varios años. Se puso a llorar y yo casi lloré en silencio también con ella. Antes o luego –no lo recuerdo bien– vinieron las placas de sus dientes, el problema de sus ojos (que por cierto le tienen que operar dentro de poco), la osteoporosis, artritis, etc. etc. etc. Ahora hay que hablarles con voz fuerte a los dos porque ya no oyen bien. Afortunadamente no padecen de alzhéimer, como algunos familiares o conocidos míos, pero a mi papá ya se le olvidan muchas cosas.

Y no sólo está la salud sino también su higiene, su carácter, su comida, en fin. Tener padres ancianos es una bendición pero también una carga. Ellos cargaron conmigo cuando yo era bebé y yo (y mis dos hermanos y en particular mi hermana) cargamos con ellos ahora que son ancianitos. Creo que la vida del ser humano consiste en cargar, pero una cosa es cargar objetos y otra cargar a un ser humano.

Hay veces que algunos se cansan y lo entiendo perfectamente. “Padre ya me dejaron a mi madre sola y mis hermanos no me ayudan”, me dicen ciertas personas. Las comprendo pero no sé que decirles: ¿Hay alguna Ley que obligue a los hijos a preocuparse de los padres? Creo que sí, pero no está en las leyes humanas sino en la conciencia y es el 4º mandamiento: “Honrarás a tu padre y a tu madre”. ¿Mis padres tienen la “suerte” de tener hijos que se preocupan por ellos? En su caso no creo que se trate de suerte, sino que es sólo un acto de justicia. Tratamos sólo de retribuir un poco de lo mucho que ellos nos han dado. La persona que más ha influido en mi vida después de Jesucristo es mi madre. Yo no soy lo que ahora soy si no hubiera sido por ella.

Atender a nuestros propios padres es un acto de justicia. Y en ocasiones cuesta. Bañarlos, cambiar el pañal, que no se pase la hora de su medicina, cuidar su dieta, caprichos, etc., ¡Pero que bendición es tenerlos! No sé por cuanto tiempo más Dios nos los siga “prestando”, pero estoy seguro que mis hermanos y yo cuando llegue la hora de la despedida [como dice el canto Scouts: “No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós, muy pronto y en el cielo nos reunirá el Señor”], estaremos con la conciencia tranquila de haber hecho nuestro “deber”, y sobre todo de haberlo hecho con “amor”.

Vista Hermosa, Tlalnepantla, Estado de México, 28 de Junio de 2016

 

 

 

5 comentarios en “14. Cuidar de los padres ancianos

  1. Dolores fernandez

    Va a ser duro, se lo,advierto. Yo no entiendo por que DIOS Tiene en su plan que mi mama de casi 90 y con alzheimer siga aqui… La enfermedad avanza y los achaques continuan….

    1. Tiene Ud. razón Dolores. Frente a la muerte del otro, a su vejez, a sus incapacidades, nos sentimos impotentes. Es tal vez allí en esos momentos de humildad y de inútilidad humana y espiritual, que más nos podemos acercar al misterio de Dios. Recomiendo el libro de Gadamer, El estado oculto de la salud. Ed Gedisa. Pag 125. Barcelona Nov 2001., para seguir reflexionando al respecto. Muchas gracias por su comentario

  2. Gracias PADRE, me gusto mucho tu reflexión de esta semana, ánimo y adelante, siempre son bien apreciados tus escritos.

    Saludos, aqui andamos en Moctezuma, haber cuando nos toca vernos, o comer juntos.

    P. Gabriel Estrada

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